Desde nuestros inicios defendemos la calidez y la humanización del espacio a través de la luz tamizada, volumétrica y reflejada que nos acompaña de cerca. Que desvela la sombra como un susurro a contraluz. Nuestros objetos domestican la luz en las escenas cotidianas para crear ambientes y sensaciones, de noche y de día, que mejoren la habitabilidad en casa o fuera de ella.
La luz articula el espacio, modula los volúmenes y jerarquiza la escena. Es un lenguaje que transmite emociones y da forma a nuestra percepción y actitud. La dicotomía luz y sombra revela el carácter e influye en nuestra vida cotidiana. Posibilita escenarios en los que acontece la mayor parte de nuestro día a día, como leer un libro antes de acostarnos. Experimentar el espacio, habitar.
La tarea de iluminar debe ser la de un artesano que reincide en la búsqueda de la belleza, de lo esencial. Como un escultor cincela materia, de igual manera se revela la luz. Conscientes y atentos a la calidad y al detalle, nos interesa antes el silencio que la estridencia. Antes el claroscuro que el brillo. La serenidad de la sombra frente a la obviedad de la luz. Seguimos persiguiendo aquella luz que realce la belleza de los objetos, de las sombras y de las personas.
La luz para Santa & Cole