Ignazio Gardella
Milán, 1905 - 1999
Ignazio Gardella (Milán, 1905), nació en el seno de una familia que contaba ya con cinco generaciones de arquitectos. Empezó estudiando ingeniería civil en 1931 por el Politécnico de Milán y se graduó de arquitectura por la IUAV de Venecia 19 años después. Es considerado un pilar de la tercera generación del Movimiento Moderno Italiano y destaca por su materialización del Racionalismo Italiano. Arquitecto y diseñador industrial, Ignazio Gardella ha tenido un amplio porfolio de diseños arquitectónicos, así como diseños dentro del mundo de la iluminación y el...
Ignazio Gardella (Milán, 1905), nació en el seno de una familia que contaba ya con cinco generaciones de arquitectos. Empezó estudiando ingeniería civil en 1931 por el Politécnico de Milán y se graduó de arquitectura por la IUAV de Venecia 19 años después. Es considerado un pilar de la tercera generación del Movimiento Moderno Italiano y destaca por su materialización del Racionalismo Italiano. Arquitecto y diseñador industrial, Ignazio Gardella ha tenido un amplio porfolio de diseños arquitectónicos, así como diseños dentro del mundo de la iluminación y el mobiliario, siendo cofundador de la empresa de diseño Azucena.
En 1929, Ignazio Gardella empezó trabajando en proyectos arquitectónicos como el Dispensario Antitubercolare (1929-1930), considerado una referencia del racionalismo italiano, y el Laboratorio Provinciale di Igiene, ambos en Alessandria. Sentó sus bases como arquitecto y fue reconocido por sus trabajos en la revista “Casabella”, perteneciente al grupo editorial liderado por Rogers, reconocido por su innovación en la arquitectura italiana. No obstante, y a pesar de ser uno de los máximos exponentes del mismo, Gardella decidió romper con las limitaciones creativas impuestas por el estilo racionalista. Para ello, Ignazio Gardella realizó varios viajes al extranjero para conocer otros estilos. Empezó viajando a Alemania donde conoció la arquitectura alemana a través de la Escuela de Frankfurt y, en 1938, viajó a Finlandia para conocer al diseñador Alvar Aalto, mentor de Ilmari Tapiovaara. Con una nueva concepción sobre el diseño, ese mismo año volvió a Italia y creó el proyecto Milán-Verde que sirvió de base, tras la Segunda Guerra Mundial, para el Plan AR de reconstrucción de la ciudad.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Ignazio Gardella fundó, junto con varios jóvenes arquitectos de Milán, el Movimiento Studi Architettura, dirigido a definir las bases del racionalismo italiano. El grupo promovía la arquitectura de la posguerra italiana, desde el diseño de edificios hasta la instrucción universitaria. En 1947, Ignazio Gardella comenzó a impartir clases en la IUAV de Venecia, obteniendo la posición de cátedra en 1962.
A lo largo de los años 50, el italiano realizó grandes proyectos que contribuyeron a la reconstrucción de Italia. Entre ellos destacan la Galería de Arte Contemporáneo de Milán (1953), la Casa delle Zattere en Venecia (1958) y el comedor para Olivetti en Ivrea (1958). En los años que prosiguieron empezó a hacer proyectos de mayor dificultad que requerían un gran conocimiento tanto de arquitectura como de ingeniería. Destacan los despachos de Alfa Romeo en Arese (1972), la nueva sede de la Facultad de Arquitectura de Génova (1989) y el Palacio de Justicia de La Spezia (1994).
Ignazio Gardella fue crítico con su trabajo, y plasmó varias reflexiones sobre el deseo de liberarse de los cánones del Racionalismo. Concebía la sensibilidad y el ojo como los nuevos instrumentos para crear formas y espesuras, y mediante esta rebeldía creó su butaca Diagamma; editada por Dino Gavina en 1957, y en la actualidad editada por Santa & Cole. La butaca Digamma (1957), es el mejor manifiesto del deseo de Gardella de superar el Racionalismo: de cuerpo racionalista (asiento y respaldo) y articulaciones (brazos y patas) de anatomía ultra racional, es una pequeña obra maestra de gran valor estético y formal.
En 1996, Ignazio Gardella fue galardonado con la Medalla de oro por méritos a la ciencia y cultura por el presidente de la república italiana. Afanoso y dedicado, el italiano nos demuestra una carrera de reinvención nacional, gracias a su arquitectura y su diseño. Su hijo, Jacopo Gardella, también fue arquitecto.